martes, 12 de agosto de 2014

El Día del Niño

Nuestras maldades y travesuras del pasado. La alegría de darles un regalo a los más chiquitos. La pregunta inevitable: ¿no es todos los días, el Día del Niño? Reflexiones, anécdotas e historias dedicadas a los bajitos en su día.

A todos los niños del mundo

Por Leandro Jara

  Festejar el Día del Niño representa muchas preguntas en mi cabeza, en cierta parte me genera intriga cuál es el verdadero fin o significado que le pueden dar a un día como ése, pienso demasiado, pero al ver a cada niño abriendo su regalo se me llena el alma de alegría.
  Una de todas esas preguntas que surgen en mi mente es si todos los niños en el mundo reciben un simple regalo; pero no me puedo detener a pensar eso, sé que es muy difícil, pero no imposible. Ver el rostro de cada niño abriendo su regalo, con esa intriga y esa emoción, me emociona, automáticamente, mi cara se pierde en la ternura que representa en sus vidas, siendo tan chicos e inocentes, pensar que cada uno de nosotros también pasó por lo mismo algún día.
  En particular siempre quería que me regalaran una pelota de fútbol, creo que siempre pedía lo mismo, hasta en la misma Navidad pedía a Papá Noel lo mismo, gracias a Dios siempre obtuve regalos de parte de mis padres, familiares, etcétera.
  Es muy conmovedor ver y saber el sacrificio que hacen muchos padres por llevarle el regalito a cada niño. Como dije antes, preguntas surgen en mi cabeza y otra de ellas es por qué ponen una fecha para festejar el Día del Niño. ¿No son todos los días, los Días del Niño? Hace años que el Día del Niño me genera un sabor medio agridulce en mi vida. Pero no voy a hablar de ese tema por respeto a todos los niños que están presentes en esta vida y por los que ya no están también.
  Feliz día para todos los niños.

Poli-Ladron

Por Didier Iglesias

  Cuando tenía once años jugaba a la pelota en el Club Deportivo Español, en la categoría ’89 en Papi Fútbol. Recuerdo una entrega de trofeos de fin de año. Con los chicos del club y mis hermanos, Alan, Matías y Joshua, jugábamos al Poli-Ladron, corríamos mucho, nos divertíamos sanamente y libremente. Yo pensaba en que no me agarraran porque siempre era el ladrón y siempre quería serlo. Recuerdo que había otro asado aparte del nuestro en el club, y yo pensé en hacerles una maldad a los tipos que estaban haciendo el asado, en esas parrillas enormes donde ponían la carne, el pollo, los chori, la morcilla, etcétera.
  Pensé en la maldad y le dije a mi hermano Joshua que vaya por atrás de los asadores, que no lo vean, y que les saque un gancho de chorizos, él fue sin importarle nada y lo hizo, trajo el gancho de chorizos, con los pibes nos reíamos mucho, porque no sabíamos dónde esconder ese gancho de chorizos, hasta que lo vio mi mamá y lo retó y le pegó a mi hermanito. Yo más me reía y me reía, y ése es uno de los tantos recuerdos que tengo de cuando era chico.

Día del Alma



Por Ana Na

  Todo se preparaba el sábado para el festejo del cumpleaños de Sol, mi nuera. El plan era tomar la merienda en un lugar muy bonito, el Jardín Japonés.
  Pero en la madrugada del sábado me sorprendió un mensaje, mi hijo decía “está llegando Alma (mi segunda nieta), estamos en la clínica”. Eran las 4.30 y parecía que sería larga la espera pero estuve casi dos horas en decidirme a ir con ellos.
  Me vestí violentamente y salí de casa rumbo a la clínica. Ni bien estaba en la puerta llegó otro mensaje de mi hijo: “¡Ya llegó Alma!”. La desesperación y la ansiedad fue mucha y pasé los controles de la entrada compulsivamente, quería llegar pero el piso 10 hacía más largo el camino.
  Por fin estuve en el cuarto para compartir la emoción de la llegada de Alma. Cuando nació Lucía, mi otra nieta, la primera, no pude estar presente.
  ¡Qué hermoso momento sentirla en mis brazos y poder sentirla cerca mío!
  Estuve casi todo el día allí, disfrutando esa felicidad familiar.
  La miré una y otra vez… le saqué un sinfín de fotos… las publiqué para que todo el mundo sepa de mi alegría, la alegría de todos.
  Qué difícil pensar en el Día del Niño con semejante regalo.
  Ayer fue el Día del Niño y otra vez fuimos a la clínica pero ya el festejo aumentó ya que teníamos que compartir con Lucía, que como es lógico tenía celos. Les compramos regalitos a las dos niñas pero el principal de los regalos fue el AMOR, para todos, pues todos tenemos un niño adentro.
  Lo más divertido fue escuchar a mi nieta mayor diciendo “qué bueno tener una hermanita porque recibí muchos regalos”. Pero el mejor de todos los regalos fue el nacimiento de la nueva integrante de la familia.
  ¡Gracias Alma, bienvenida a la familia!

Un mundo por descubrir

Por Pamela Almirón

  En días como el de ayer, cuando se festeja el Día del Niño, uno se pone a recordar la niñez de uno mismo. Entonces me veo de chica, en la casa de mis abuelos, donde pasé mucho tiempo esa etapa de mi vida. Me veo jugando con mis primos, mis hermanos. Riendo sin parar, llorando cuando nos retaban. Viendo pelis de terror a la noche, compartiendo las comidas en el comedor grande.
  Muy feliz, así me veo. A veces uno extraña esos momentos en los que quizás algunas de las preocupaciones pasaban por no perderse algún capítulo de un dibujito animado. Donde todo era un mundo por descubrir, donde todo era nuevo. La etapa de la niñez es muy hermosa. Por eso creo que es muy importante cuidar a los chicos, que crezcan con buena salud, amor. Y sobre todo tiempo invertido de sus seres queridos. No todo es un juguete de regalo. En mi caso, los únicos niños en mi familia están lejos. Entonces, en días como los de ayer, está bueno reflexionar y sacar conclusiones de lo que fue nuestra niñez, reírse y llorar con la familia y entender nuestro presente como niños grandes.
 
Sueño perdido

Por Brian Jara

  Un día raro, con muchas preguntas y sin una sola respuesta, de esta manera comencé el domingo, sin tu abrazo, sin tu “buen día, papá”, sin ver tu hermosa sonrisa al abrir tu regalo y tu desesperación por ver qué hay dentro de ese paquete.
  El desayuno que tanto anhelé por años junto a vos y a mamá nunca existió.
  No pierdo la fe de un día tenerte en mis brazos y prometo nunca soltarte.
  Nunca te tuve pero me imagino, te veo en el rostro de todos tus primos, te siento tan cerca y a la vez tan lejos, pero puedo sentir tus latidos, puedo escuchar tus pasos.
  Un sueño perdido para muchos pero una posibilidad única para mí.
  En el vientre que estás, acá te voy a estar esperando para darte lo mejor de mí.
  Te amo, hijo.


Luli y sus frases

Por Matías Ramírez

  Era muy temprano cuando Luli se despertó, es un momento especial ése ya que siempre se levanta de buen humor y empieza con sus gritos y carcajadas. Pegó un salto de la cama y mirándonos fijamente, dijo: “¿y los regalos?” Nosotros, con una leve sonrisa dibujada en la cara, sorprendidos, como cada vez que sale con alguna nueva, le pedimos que cerrara los ojos, así su mamá iba por el regalo.
  Ese momento me lo tomé para mí, ya que quedamos solos ella y yo, la miré paradita al lado de mi cama, con los ojos cerrados, y esa expresión de felicidad en el rostro. Me llené de felicidad y a la vez me reflejaba en ella y me preguntaba cómo fue que todo pasó rápido, pero así es la vida, tiene esas cosas inexplicables que al querer buscarle la vuelta jamás encontramos respuestas. Apareció la madre con el regalo y después de abrirlo y revisarlo nos miró y nos dijo: “¡La abuela tiene regalos también!”.
  Con la madre nos reíamos mucho ya que siempre esta nena sale con algo nuevo. Qué lindo momento el Día del Niño, qué lindo, qué pequeños instantes de felicidad, ojalá que nos queden guardados para el día de mañana poder contárselos a ella como las anécdotas de Luli y sus frases. Te amo, hija.

Imborrable

Por Facundo Arias

  Recuerdos para no borrar, tan imborrables… Recuerdo los días de mi niñez cuando salía con mis amigos a jugar a la pelota en la canchita de Gaona por la zona de Ituzaingo. Quedaron goles, fallos, lesiones, victorias, pérdidas, cómo olvidar ese recuerdo tan bonito de sudar la camiseta. Recuerdos tan anhelados que mi mente no deja olvidar, recuerdo las salidas a las plazas con amigos y amigas, había mates, chusmeríos, cantos con guitarra, era un picnic.
  Recuerdo cuando en una Navidad me regalaron la play y venía con un juego de fútbol. ¡Y ahí empecé con mi mayor vicio! Cada juego jugaba, de fútbol, aventura, terror, etcétera. Los que más me gustaban eran los de terror. Recuerdo jugar al Silent Hill, un juego donde tenías que usar a un hombre camionero, iba por una ruta desconocida, y encontraba a una niña. Otro juego era el Resident Evil 4 (¡mi preferido!), donde ibas con un muchacho que era ex del gobierno. Y lo necesitaban para ir a rescatar a la hija del presidente de los Estados Unidos. El lugar donde tenía que ir era España, cuando entró en un pueblo encontró a un compañero de Policía. Era raro ese lugar porque las personas eran raras, que cuando este muchacho fue a preguntarle si había visto a alguna chica, o sea, la hija del presidente, lo atacaban a este muchacho.
  ¡Tantos recuerdos imborrables!
  La escuela, cómo olvidarme cuando reía, escribía mucho, y los compañeros tan cargosos que se tiraban los papelitos. Las cagadas a pedos de los profesores, ¡todo! Pero siempre cada uno tenía su grupito. Estaba el grupo de los chicos a los que les gustaba el fútbol, las chicas que chusmeaban todos los días del año, y mi grupito, que éramos aproximadamente siete chicos y chicas que hablábamos sobre series, expos, música y quién le ganaba a quién de las series que queríamos.
  Tantos recuerdos que solamente la melancolía quedaba despierta en un muro dibujado por un profesional.

El tío, el ejemplo

Por José


  Cuento que ayer, en el Día del Niño, fui a visitar a mis tres sobrinos, Agustín, Elián y Priscila. Les llevé los regalitos, hacía mucho que no los veía. También visité a mi ahijado Kevin y faltaron mis tres sobrinas y mi segundo ahijado Tahiel, que es mi sobrino y no lo pude ver, me da mucha impotencia pero bueno, ya voy a estar con todos juntos.
  Empiezo a contar mi vida un poco, mi nombre es José, tengo 23 años, no tengo hijos pero soy tío y por ahora me basta.
  Yo, cuando tenía cuatro años, que era muy chico, fui muy travieso, pero ahora cambié bastante y soy un ejemplo, de tanto que me retaban aprendí lo que es bueno y malo.

11-08-2014

Ejemplo de lucha

Por Julián Jara

  La recuperación del nieto de Estela de Carlotto fue una noticia que conmocionó a todo el mundo. Fue un ejemplo de lucha, ella nos enseñó que nunca hay que bajar los brazos. Si uno tiene un sueño hay que salir y luchar por hacerlo realidad.
  Me conmovió mucho cuando dijo públicamente “no me quería morir antes de conocerlo y darle un abrazo”, con esta frase nos dio un resumen de su larga lucha, qué fortaleza tiene esta señora, aún con sus años, la admiro mucho.
  Carlotto en sus frases nos deja una enseñanza, como la que repite a menudo, todos los días son una lucha y la recuperación de Guido es una batalla ganada, pero esto aún no termina, aún faltan muchos nietos que no conocen su identidad, y estas señoras luchan día a día para encontrarlos.


11-08-2014