Llegamos el lunes a las once al taller con
muchas emociones.
Y nos salió esto: aguafuertes, crónicas y opiniones sobre un mes raro para la
Argentina.
Qué dejó el Mundial, qué tapó. Los festejos en el Obelisco. Los incidentes. La
gran figura argentina. El desempeño del equipo de Sabella. La familia unida. La
tristeza de algunos. Los rituales, las cábalas, lo que sentimos. Los almuerzos
compartidos, el entusiasmo en los barrios.
Desazón
Por Leandro Jara
Revivir
lo de anoche, duele…
Duele porque uno sueña, vuela hacia lo más alto, allá donde está el
Cristo Redentor, y termina observando cómo vuelan los botellazos y las piedras
a personas vestidas de azul.
Este desenlace me duele, como me duele la cabeza en este momento,
pero me pregunto: ¿qué debe pensar el Pipita en este momento, por no haber
convertido el gol que nos llevaría a la gloria? O ¿qué deben sentir esos
jugadores, por no haber hecho realidad el sueño de 40 millones de argentinos?
No puedo ni tengo el valor de decir qué fue lo que faltó, o qué fue
lo que se hizo bien o mal. No soy DT, sólo soy argentino y mi FE se quedó allá
en el Maracaná, porque salió del alma y del corazón.
Van a ser recuerdos que no voy a poder olvidar, tendré que cambiar
el casete que llevaba puesto porque ya me imaginaba viejo contándoles a mis
hijos y a mis nietos, “¡che, sabés que allá por el 2000 y pico se jugó el
Mundial en Brasil y la Selección Argentina...!” y sí, lo tendré que cambiar
porque me hizo y me seguirá haciendo mal.
Prenderé la tele algún día, me asomaré por la ventana, se escuchará
alguna canción, etcétera. Que dale campeón, dale campeón.
Los festejos en el Obelisco
Por Magalí Goytia
A pesar de no haber ganado,
por lo poco que sé y entendí de vivir un Mundial me quedo con la alegría que
pude compartir con mi familia en el Obelisco, fue hermoso. Ver a la gente
festejar, cantar, bailar con sus familias, todos en grupo como si todos los que
estuviéramos ahí ya nos conociéramos fue algo lindo que nunca había vivido.
Cuando empecé a sentir lo que era el Mundial fue en el partido contra Irán, por
cosas que me iban explicando y contando fui entendiendo la importancia y el
esfuerzo de los jugadores. Es por eso que sé que dejaron todo en la cancha. Me
siento orgullosa de mi país, me quedo ansiosa esperando el próximo.
Gracias Masche
Por Matías
A pesar de haber estado a un
gol del triunfo, hubo un equipo al cual le estamos agradecidos por haber
demostrado lo que es dejar todo por la camiseta, por haber demostrado que no
sólo se trata de ganar sino de demostrarle al mundo que Argentina es un país
con estrellas, que cada argentino es capaz de dejar la vida por la celeste y
blanca, y acá me quiero detener, hacer una pausa para dar memoria a un jugador.
A un jugador que fue capaz de hacerme poner la piel de gallina, el que fue
capaz de hacer que cada argentino se pare y dé aplausos cada vez que tocaba la
pelota.
Esa forma de recuperar los balones perdidos, esa forma de enfrentar
al enemigo sin miedo, sin temer a nadie y pararse con una postura que les decía
a los rivales que él era argentino, que a él era al que debían temer, por eso y
muchas otras cosas más es que deseo homenajear al star Mascherano, ídolo, líder
indiscutible de la Selección Argentina.
Mascherano: genio, gracias por devolverle a la Argentina ese
orgullo por los jugadores. Quién iba a imaginar que en este 2014 ibas a
escribir una historia de superhéroes. Quién iba a pensar que en este año un
equipo iba a dejar una huella enorme en el fútbol argentino y quién iba a decir
que iba a haber un equipo con los huevos suficientes, que a pesar de no poder
triunfar nos demostró que ser argentino no sólo es nacer en esta tierra sino
que es dar y dejar todo por el otro. Donde no existe el egoísmo, sino un solo
sentimiento, un sentimiento que nos une y nos conecta con el otro y a pesar de
que a todos nos unió una Copa hoy podemos decir que lo que nos unió como país
fueron los 23 jugadores. Y eso es algo que no vemos todos los días.
Hoy como argentinos debemos estar felices porque logramos lo que muchos
no querían, muchos no querían ver a un país unido, muchos nos querían ver
derrotados, y con problemas internos, y la verdad es que este país se unió como
nunca. Gracias Selección por traer alegría a cada argentino y a cada familia.
Somos Sub
Por Ana Na
Todo se prepara, llega la fecha después de
cuatro años de espera. Se larga el Mundial!!!
Se vio todo un clima muy festivo y sobretodo cuando jugó la
Argentina.
Las calles y la gente vestida de celeste y blanco, apoyando a
nuestra Selección. ¡Cuántas banderas en los balcones! Ni en fechas patrias vi
tanto nacionalismo.
Sería bueno que los argentinos tuviéramos esa misma dinámica para
defender los derechos de nuestro país. Detrás de este mes de fiesta se
sucedieron muchos acontecimientos, como los fondos buitre, el caso Boudou, la
Presidenta con su problema de salud, pero todo quedó relegado detrás de una
pelota.
El país exigiendo a Messi cuando en realidad no fue un partido de
tenis sino un equipo jugando, de once jugadores o, mejor dicho, de veintidós, y
el director técnico.
A medida que se jugaban los partidos empezó el calentamiento
general y aún más sabiendo que llegaban a la final.
Partido fuerte, todos apostábamos a ganar, pero pasaron noventa
minutos con el corazón en la boca.
La gente cumplió con sus cábalas para el festejo, ya nos sentíamos
CAMPEONES. Pero errores, fallas técnicas nos llevaron a un empate. ¡Estábamos
sin poder respirar!
El silencio de las calles marcaba una intensa concentración para el
alargue y ya llegando casi al final ¡ZAS! Gol de Alemania.
Árbitro coqueto que se miraba en la pantalla y se arreglaba el
cabello, italiano fachero que se olvidó por momentos que se estaba jugando la
final.
Terminó el partido y perdimos, caras de tristeza, sufrimiento,
parecía un velorio al ver la cara de los jugadores, llenos de dolor ante la
pérdida.
Por momentos nadie cantó, nadie tocó bocinas, pero el país
alentador empezó a invadir las calles festejando el empeño de la Selección y el
haber salido SUB.
La alegría fue inmensa, se podría decir que casi como el partido
anterior que se convocaron en las calles… en el Obelisco, punto ritual de
concentración.
Lo importante es que llegamos a la final, a prepararse para recibir
al equipo y continuar la fiesta.
¡Y a prepararse para el 2018 en Rusia!
Mis hijos saltando y gritando
Por Hugo
Jamás había vivido un Mundial como
éste. Creo que fue mi mejor Mundial desde que tengo vida. No sólo porque vi
cómo llegamos a la final sino también porque compartí partidos, charlas,
comidas con seres muy queridos. El tener a mis hijos sentados en mi regazo,
viviendo y alentando a la Argentina, con sus camisetas y caritas pintadas me
llenó de alegría.
Todos unidos y juntos tirando y alentando a la Selección. Me llenó
de satisfacción.
El equipo me demostró que lo sintieron igual que todos nosotros.
Mascherano, un gladiador. Se llevó todos los premios, qué orgullo que me da ver
a un jugador así, a pesar de que nadie o casi nadie le tenía fe al equipo llegó
a la final y casi lo gana.
Hoy sólo me queda el recuerdo de que estuvimos a un pasito de la
Copa pero no me queda el sabor amargo porque el equipo dio todo lo que pudo y
la gente anoche festejó en el Obelisco porque ser argentino es estar en las
buenas y en las malas. Y mis hijos saltando y gritando con sus papás, tampoco
se lo van a olvidar.
Un país unido
Por Pamela
Después
de veinticuatro años Argentina llegó a la final de la Copa del Mundo.
Todavía parece un sueño, todavía es increíble.
Creo que nos sorprendió a todos el aguante, el compañerismo y sobre
todo la pasión y la fuerza que puso la Selección en cada partido que jugó,
dejando todo en la cancha. Quiero destacar sobre todo a Javier Mascherano, que
jugó dando todo de sí, y dejando en claro que, además, la unión, el
compañerismo, el apoyo y el esfuerzo valen la pena, no sólo en una Selección,
sino también en la vida.
Durante lo que fue el Mundial nos hicieron muy felices y ahora que
ya finalizó aún podemos estar orgullosos de todo lo que la Selección hizo.
Fue hermoso ver cómo la gente partido tras partido se juntaba a
verlos donde sea. Escucharlos hablar sobre las cábalas que tenían, etcétera.
Se vio a un país bastante unido, algo que no es poca cosa, porque
últimamente se vive mucha desunión por temas políticos, entre otras cosas. Fue
realmente increíble ver la cantidad de gente que se reunía en el Obelisco a
festejar. Muchísima gente de todas partes del país también hacía lo mismo en
distintos puntos.
Pero lo que más me sorprendió fue que a pesar de no haber podido
ganar la Copa, la gente salió igualmente a alentar a la Selección, a
felicitarla, a mostrarle su apoyo. Y digo esto porque a nadie le gusta perder,
y menos a nosotros, los argentinos. Creo que nos quedamos con una linda
sensación, de ver a la gente tan unida, tan feliz.
Lamentablemente no puedo pasar por alto toda la violencia que se
produjo en el Obelisco. Realmente fue una vergüenza ver los destrozos, robos y
la impunidad con la que actuaron. Estos hechos dejaron un sentimiento de
tristeza en muchos de nosotros, porque empañaron el festejo de la gente que
había ido de buena fe.
En conclusión quiero decir que, a pesar de esos hechos de
violencia, podemos estar orgullosos de nuestra Selección y de la gente que se
unió a darle su apoyo y fuerza.
Nos faltó muy poco para ganar la Copa. Muchas veces es cuestión de
suerte. Por mi parte estoy muy feliz y me quedo con las cosas buenas que
pasaron.
De cumple
Por Celeste
Después de haber esperado tantos años este momento llegamos a la
gran final. Como en la mayoría de nuestros partidos, nos juntamos en casa con
toda la familia, para alentar a nuestra Selección y poder ver y festejar el
gran triunfo que íbamos a obtener.
Sin dejar de lado el festejo de cumpleaños de mi hermana, juntos,
en familia, almorzábamos y con muchas ansias esperábamos la hora del gran
momento.
En las calles de nuestro barrio se veían en el rostro de grandes y
chicos esa sonrisa y ese entusiasmo que desde el primer partido ganado nunca se
borraron, a medida que iba llegando el momento.
El nerviosismo aumentaba más y más, casi que sin darnos cuenta el
equipo estaba entrando a la cancha, sonó el himno nacional y la adrenalina
comenzó a correr por nuestro cuerpo estremeciéndolo de alegría.
Sonó el silbato y el partido comenzó. Frente a la tele todos
alentando a nuestros jugadores con cantos que por momentos iban y venían, pero
sin perder la esperanza de que llegaría el gol, fue así que llego uno, que
entre gritos y abrazos festejamos, pero al final no lo fue. Y fue así que
ellos, cada segundo, minuto y en cada pase que daban querían lograr ese gol.
Terminaron el primer tiempo, el segundo, y llegó el alargue. Pero
la suerte no estuvo de nuestro lado y no pudimos ganar.
Entre confusiones de sentimientos se vinieron las lágrimas y los
abrazos de consuelo. Sin nada que decir y reprochar porque se jugaron y
entregaron todo en la cancha para cumplir el sueño de un país.
14-07-2014